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Lectores, colegas y blogueros:

Los primeros 10 días del mes de Junio, los periodistas turísticos de todo Latinoamérica nos reunimos para celebrar el 12vo Congreso Internacional de Periodismo Turístico, fijando como tema principal la “Comunicación Empática y Efectiva en el Turismo” resultando un éxito rotundo.

Como era de esperarse mi participación como panelista hizo principal foco en la empatía y efectividad que hacemos en el turismo desde la conciencia social. Y es que, se me facilita creer que puedo alzar la voz por las comunidades o colectivos vulnerables que constantemente se encuentran en crisis; hecho que, con gusto seguiré haciendo aprovechando las oportunidades que nos brinda la OMPT (Organización Mundial de Periodismo Turístico), sobretodo cuando de representar a México se trata.

¡Por fin! Nos volvimos a ver, parecía que estuvimos en cuevas igual a osos hibernando, guardando la energía del último abrazo, creyendo que la última parada de nuestras vidas era la Isla de República Dominicana.

Es bien sabido que cuando la OMPT se reúne, la ocasión parece fiesta patronal; el pretexto de reunión comenzando en Santo Domingo no fue la excepción. Será difícil olvidar la experiencia que superó las expectativas de tan grata y sorpresiva estancia. 

Estos eventos tienen siempre un valor agregado, por ejemplo reencontrarme con mi querida revista a través de las notas que Dominicana me provoca en esta edición… revista solicitando a gritos su renovación, demandando ser nutrida de nuevos encuentros, exigiendo mejorar; así debe sentirse  Panamá,con el compromiso de mejorar nuestro próximo reencuentro el 5 de septiembre para festejar nuestro día Internacional del Periodista Turístico y superar la gala del Gran Premio Pasaporte Abierto. 

Ya hemos comenzado a hibernar emociones y así soltar la energía requerida en nuestro siguiente encuentro, para vivirlo como si fuera la última experiencia de nuestras vidas. 

En esta reciente despedida de mis amigos y colegas comprendí con algo de tristeza lo mucho que odiamos las despedidas pero sin duda, vivimos esperanzados por la emoción del siguiente abrazo de oso. 

Maye Padilla

Editor en Jefe

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