Lectores y seguidores:
Psicoanalistas reconocen que en estos días nos faltan besos, abrazos y es al cuerpo que se basa en el contacto. Me parece lógico que cuando festejamos, nos gusta la conexión física y propiciamos el encuentro con los otros… hoy esta naturalidad humana, es una frustración, y dependerá de la capacidad de tolerar la frustración que tenga cada uno, para improvisar o pensar otras formas de estar juntos.
Claramente tuvimos los cumpleaños en el que menos cosas nos ocurrieron, pero en contraste, el año en el que más cosas sucedieron y están sucediendo, tiempo donde tuvimos que dejar el miedo a la soledad y hacerle frente a la angustia.
Curiosamente muchos padres de familia, estamos compartiendo más con nuestros hijos tareas cotidianas a raíz de la cuarentena, y la austeridad nos está sirviendo para reformular el vínculo, provocando tener una relación más auténtica y menos consumista.
Somos 7.7 mil millones de humanos en el planeta, y según el reporte anual The Global State of Digital, creado por Hootsuite y We Are Social, en 2019 el 52% de la población mundial ya utilizaba redes sociales, cifra que aumento en 2020 a 57%. Ante cualquier comparación es en este año que se valora la oportunidad de liberar por medio de una pantalla la opresión por no tener los abrazos de diciembre, los besos de año nuevo y las felicitaciones de logros y cumpleaños acostumbradas.
Quejarse de pasar las fiestas decembrinas solos bajo este contexto, suena un poco egoísta, pues afuera hay gente que está peleando con muchísima fuerza el hasta ahora interminable confinamiento, que en futuro será para todos anecdótico pues hoy podemos asegurar el cómo somos capaces de sobrellevar todo de la mejor manera posible, ¿qué otra cosa se puede hacer?
Tengo la idea de que cuando queremos evitar algo, más lo terminamos atrayendo, por tanto, ¡enfrentemos!, aprovechemos el tiempo, hagamos buenos hábitos, situemos pensamientos que nacen de interpretar la pandemia como oportunidad y no como encierro e impotencia, y sobre todo entendamos que no estamos solos, siempre lo hemos estado, pero no nos damos cuenta con tanto ruido y cotidianidad.
Aprendamos a tolerar que no podemos festejar como estamos acostumbrados, aceptemos que eso también es momentáneo, además hemos creado otras maneras de festejar, lo importante es enviar y recibir afectos más allá de la presencia física.
¡Estamos a prueba, elige tu destino!
Maye Padilla